sábado, 5 de enero de 2008

Ojos negros

Destronada de mi mundo ando
por las ramas del exilio
donde el latir se hace violento
y difícil el sentir
sin derramar lágrimas negras de cafeina;
ansiosas

desesperadas!
que han extraviado su cauce
mientras su fuente maternal
ya no las amarra ante el olvido.

El olvido suspendido
y de invisible negrura;
ceniza de los restos mutilados de mi alma
quemada en pocos años
con sutiles alegría y penas en reserva.

Mi garganta está abierta
en un inmóvil aullido mudo,
mis pechos voluptuosos temen
ser mordidos por la enfermedad.

En ellos la fuente de la vida
está oxidada por la hiel
de esta espesa realidad
donde el arcano de mi Fortuna
se sienta del revés en la mesita de noche.

Despertador y páginas vacías
guisos blandos y tarta de agujas
frío en la chimenea y una sola frequencia
metrónomo
de tu ausencia.

Por Tanya Beyeler

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola chica de Denia (es que no me acuerdo de tu nombre), he recordado la dirección de tu blog, para los que digan que el alcohol es malo para la memoria... Iré leyendo poco a poco todo lo escrito, prometido. He escrito la dire de mi space por ahí, imagino que saldrá el enlace.
Pronto te fuiste, un beso.