lunes, 5 de marzo de 2012

naufragio


Hay naufragios que no necesitan agua,
no ocurren en el mar,
tampoco en ningún lago o río.

Hay naufragios
en los que se está a la deriva
durante años
y en tierra firme.
Pies siempre mojados
por los adoquines.

Después de la travesía accidentada
no hay nadie que vaya a vaciar los ceniceros
ni pronunciar ciertos nombres propios
ni juntar los calcetines desparejados
mas que tu.

Hay restos de un naufragio
que no son propios de un barco.
El después
es casi tan peligroso
como el durante.

Los cuerpos quedan enteros
aunque por dentro están esparcidos
en trozos difíciles
y extraños de reconocer
hasta para el propio dueño.

En los naufragios,
no se idenfica ni uno mismo.
Empapado hasta los huesos
aunque vaya seco.

En los naufragios,
las digestiones están truncadas,
un dolor de vientre
que pasa a hemorragia,
ni se vomita
ni hay cortes,
sólo se aguanta
y se disfruta el descanso
entre contracción
y contracción de los intestinos,
como pausa en un bombardeo,
como silencio en una fábrica de embalaje.

Se cree en la paz
porque se siente por segundos,
pero se sabe
que nunca es para quedarse.

A veces ya veías venir
la tormenta a estribor,
otras ni querías mirar
la situación estelar,
sólo deseabas navegar
y no sabías en qué ría
te metías.

Los salvavidas son relativos
a cada ocasión;
un torso desconocido,
una conversación,
una canción...
el bote que te explicaban al principio
nunca estuvo en su sitio.

Así llegas
a la isla desierta
donde vives,
y al contrario del tópico,
nadie te ha preguntado,
ni siquiera te han dado la oportunidad
de llevarte una única cosa.
Te llevas a ti mismo,
y con eso ya haces más que bastante,
porque no sabes ni cómo lo has conseguido.


Y cada día al levantarte,
estás un poco en guardia,
porque sabes que en cualquier momento
vas a volver a naufragar,
y aún así,
sigues dándote a la mar.



Texto:Gloria March
Foto:"The Woods" Gloria March

1 comentario:

Anónimo dijo...

Molt fort cariñet.

Tu sempre te salvarás del naufragi diari. ¡Força!

Un bes